Yato y Yukine finalmente han enmendado su relación como dios y Regalia, y todos han regresado a su vida diaria. Yato sigue siendo una deidad menor y desconocida que continúa aceptando trabajos ocasionales por cinco yenes cada uno con la esperanza de algún día tener millones de adoradores y su propio gran santuario. Hiyori Iki aún no ha arreglado su alma suelta por Yato, pero disfruta de la vida y se prepara para asistir a la escuela secundaria de todos modos. [...]
No hay comentarios:
Publicar un comentario